Un equipo de investigación internacional de la Universidad Queen Mary de Londres, Reino Unido, y la Fundación del Museo Cívico de Rovereto, Italia, ha realizado un descubrimiento innovador sobre los reptiles y su capacidad para combinar información visual y auditiva.
Su estudio fue publicado en Letras de biología de la Royal Society mostró que los reptiles muestran una asociación espontánea entre dos modalidades sensoriales diferentes: la visión y el oído. Las tortugas asocian los sonidos bajos con formas grandes y los sonidos altos con formas pequeñas, aunque no hayan sido entrenadas para hacerlo. Estos resultados muestran cómo los cerebros están preparados para predecir las correspondencias visuoacústicas que probablemente ocurran en el mundo natural.
Investigaciones anteriores han mostrado coincidencias similares entre modalidades sensoriales (asociaciones intermodales) en especies de mamíferos como humanos, chimpancés y perros. Sin embargo, no está claro si estas asociaciones están presentes en otros animales vertebrados, incluidos los reptiles. El estudio dirigido por la Dra. Maria Loconsole de la Universidad Queen Mary de Londres (ahora en la Universidad de Padova) y la Dra. Elisabetta Versace también de la Universidad Queen Mary de Londres tiene como objetivo llenar este vacío en el conocimiento.
Para demostrar la existencia de preferencias espontáneas para hacer coincidir las dos dimensiones de tono acústico (tono alto o bajo) y tamaño visual (disco pequeño o grande), el equipo probó tortugas terrestres (tortuga de hermann) en una tarea seleccionada. Después de ser entrenadas para seguir cualquier sonido para encontrar una recompensa de comida, se evaluó la preferencia de las tortugas por los sonidos altos y bajos asociados con formas pequeñas o grandes.
«Sorprendentemente, las tortugas continuaron eligiendo discos pequeños cuando se les presentó un sonido de tono alto, y discos grandes cuando se les presentó un sonido de tono bajo. El estudio nos ayudó a comprender cómo los patrones presentes en el entorno natural, como la correspondencia entre el tamaño y el tono, dan forma a las habilidades cognitivas de los animales», dijo la Dra. Maria Loconsole.
Estos hallazgos sugieren que las asociaciones intermodales están muy extendidas entre las especies y grupos de animales, lo que indica que pueden ser un principio organizador del cerebro de los vertebrados. «Es posible que los mamíferos, las aves y los reptiles hayan desarrollado este mecanismo de forma independiente, o puede ser un mecanismo predispuesto compartido por descendencia de un ancestro común. Es importante ampliar la investigación a una amplia gama de especies para comprender los principios generales de la organización cerebral y la evolución del comportamiento», concluyó la Dra. Elisabetta Versace, profesora titular de la Universidad Queen Mary de Londres.
«Disfruté de la colaboración con la Universidad Queen Mary de Londres porque mostró la importancia de preservar el santuario no solo para la protección de las tortugas terrestres sino también para el avance del conocimiento del comportamiento y la cognición de los animales», dijo Gionata Stancher, directora de la Fundación del Museo Cívico de Zoología Rovereto.